Si decimos “terrazo” tal vez te venga a la cabeza la imagen de la casa setentera de tus padres. Es posible que lo primero que pienses sea en ese suelo más brillante que la calva de Don Limpio (por entonces Míster Proper), que la moda del momento quiso combinar con papel pintado floreado e incluso op art.
Lejos de esos inicios tan marronosos ligados al boom de la construcción, el terrazo, al igual que el feminismo y las princesas Disney, ha evolucionado. En el nuevo y agitado S.XXI, este peculiar conglomerado de mármol y cemento es tendencia y vuelve a decorar casas y apartamentos de obra nueva.
Reapareció hacia el 2018 y desde entonces no ha parado de reinventarse con sorprendentes resultados. A diferencia de la casa de tu infancia, ahora el terrazo es alegre, elegante y ha mutado del suelo los muebles, lavabos, encimeras o lámparas. Hoy, no hay cosa más cool que incorporar terrazo en alguna parte de tu hogar.
Y no es de extrañar. Con el terrazo todo son ventajas. Es un material de construcción de elevada resistencia y de lo más barato. De hecho, es un refrito de piezas sobrantes. Su uso inicial se remonta a mediados del siglo XV, cuando en Venecia descubrieron que podían aprovechar los pedacitos restantes de mármol para seguir pavimentando el suelo. Vamos, que casi fueron precursores de la filosofía “recycle reuse reduce”, tan en boga hoy en día.
Uno de los responsables de devolverle coolness a dicho material ha sido el diseñador Max Lamb. Lo ha hecho de la mano del estudio creativo Dzek, con base en Londres. Juntos crearon (y patentaron) el “Marmoreal”, lo que vendría a ser “el terrazo hipster”. Debutaron con una exposición total-look en la semana del diseño de Milán y triunfaron por encima de sus expectativas. Dezek lo emplea actualmente a menor escala para el interiorismo de baños, cocinas o proyectos retail, como el café-boutique Maison Kitsuné de París (la marca creada por Gildas Loaëc -ex director artístico de Daft Punk- y el arquitecto Masaya Kuroki, ahí lo dejo).
Otro famoso proyecto que ratifica el resurgir del terrazo como tendencia top es el Bar Luce, diseñado por el idolatrado cineasta Wes Anderson. Ubicado en la Fondazione Prada (Milán), su interiorismo recrea la típica atmosfera de un bar milanés. En este caso, el pavimento de terrazo se combina estupendamente con asientos tapizados en rosa y verde, muebles de formica y paneles de pared de madera contrachapada. Sin duda, es una visita obligada cuando el Coronavirus te deje viajar Milán.
A nivel más terrenal, y en dentro de los hogares de obra nueva, algunos estudios de interiorismo han encontrado la forma de incluirlo en sus proyectos. Los belgas Dialect, por ejemplo, lo aplicaron en esta cocina para aportar un aire femenino. Y los catalanes Scala Studio crearon un baño la mar de acogedor en uno de sus últimos proyectos en un piso del Eixample.
Pero si hablamos de terrazo a nivel nacional, debemos hacerlo de la compañía mallorquina HUGUET. Fabrica baldosas hidráulicas desde 1933 y abastece a arquitectos y diseñadores de la talla de Carme Pinós, Herzog & De Meuron, Elías Torres, David Chipperfield o Lluís Clotet. Son un claro ejemplo de cómo adaptarse al paso del tiempo y diversificar la gama de productos. Elaboran desde suelos, baños y cocinas, hasta escaleras y objetos decorativos.
Y si lo tuyo es el moderneo controlado, es decir, un toque de trendy pero sin pasarse, puedes probar con el papel pintado (fácil de sacar cuando uno te cansas). Los franceses Eno Studio tienen buenas opciones, así como Graham&Brown. Y, poder descontado, los daneses Ferm Living.
Otra idea es introducir una pincelada con un solo mueble. Los de MODO Barcelona seguro que te gustarán. Es una empresa barcelonesa fundada en 2016 por dos exalumnos de ELISAVA. Se definen como una marca de mobiliario, accesorios e iluminación escultórica.