¿Qué tiene de particular vuestra promotora que la distinga de otras?
Intentamos hacer hogares, no viviendas… Hogares de barrio para gente de barrio. Somos una promotora que hace “microcirugía inmobiliaria” en Barcelona capital (y alguna vez en Sitges).
Háblanos del cliente al que os dirigís. ¿Quién es? ¿Qué busca en una vivienda?
Es un cliente local, para el que comprarse una casa es una de las decisiones más importantes de su vida. Una decisión que la mayoría sólo tomarán una o dos veces.
¿Dónde habéis promovido históricamente y dónde lo hacéis ahora?
Ahora, en Barcelona capital y Sitges. En el pasado, también en la zona del Penedès y Tarragona.
¿Innováis? ¿De qué manera o en qué?
Personalización extrema y asesoramiento individual hasta más allá de la entrega de llaves.
¿Qué papel juega el diseño en vuestras promociones? ¿Trabajáis con arquitectos reconocidos?
El diseño es importante, pero no puede suponer un incremento de los precios de venta. Trabajamos con arquitectos que conocemos hace más de 40 años. Somos más artesanos que artistas, así que diseñan los clientes y nuestro equipo les ayuda. Pero el cliente es soberano hasta en equivocarse.
¿Qué tres atributos deben tener siempre vuestras promociones?
Lo de siempre –ubicación, ubicación y ubicación– y además, buen servicio de postventa y hacer hogares mientras acompañamos al cliente a lo largo de dos años.
Te vamos a pedir algo de autocrítica: ¿Qué ha hecho mal el sector de la promoción para ser tan demonizado?
Vender pisos y no hogares.
En el imaginario colectivo, el promotor inmobiliario sigue pareciéndose a Benito González, el protagonista de “Huevos de oro”: fanfarrón, excesivo, hortera… ¿Cómo es posible que se mantenga esta percepción?
Porque te tratan mejor cuando vas a comprar 2 kg de tomates y una lechuga que cuando vas a comprar un hogar.
¿Qué piensas que ha cambiado más en la obra nueva en los últimos 10 años?
Calidad constructiva. Mejores diseños de distribuciones. Más hogar.
¿Y qué ha cambiado en las promotoras? ¿Qué hacen mejor que 10 años atrás?
Hay más profesionalidad. Ya no todo el mundo es promotor.
¿Qué piensas del Co-living, el Co-housing, el Build-to-rent y otras nuevas formulaciones residenciales?
Todas son potencialmente buenas. El comprador es soberano y decidirá lo que le parece mejor.
Te quedas encerrado en un ascensor -¡no es de una promoción tuya, claro!- con José Luis Ábalos, ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. ¿Qué le dices?
Hagamos política de vivienda protegida de verdad con transparencia.
Cuéntanos tu historia. ¿Cómo empezaste en este sector?
El abuelo, el padre y los dos hermanos. Empresa familiar. 47 años desde la primera promoción. ¡Yo fui al parvulario en los bajos de esa primera promoción!
Desde la localización de suelo hasta la post-venta, ¿qué momento te gusta más de todo el proceso de promoción?
Todos. En la promotora tiene que haber entusiastas de todas las fases. En términos de negocio lo más relevante es la compra de suelo, pero el mejor momento es cuando los clientes te cuentan lo bien que duermen en su nuevo hogar.
¿A qué te dedicarías si no pudieras ser promotor/a?
A nada.
Dinos un edificio residencial que te gustaría haber promovido.
El Walden 7 en Sant Just Desvern.
Va, demuestra a nuestros lectores que los promotores también tenéis alma: un libro, una peli y un disco (o canción).
“Siddartha” (Herman Hesse), “Casablanca” (Michael Curtiz) y “If I die I die” (Virgin Prunes)